Aprovecho la ocasión que me brinda haber decidido pasar un fin de semana de descanso para describiros con unas pocas palabras y algunas fotos la ruta que hemos hecho entre durante los pasados días.
Comenzamos la ruta en León y la primera parada se produjo en Salamanca para comer. En la foto se puede apreciar el simpático y "perfecto" reparto de cargas en la moto... o si no fijaos en el suelo bajo las ruedas
Siguiente parada: Alba de Tormes. Aquí tenéis la Torre del Homenaje, perteneciente al Castillo-Palacio de los Duques de Alba (Siglos XV-XVIII)
Encaminamos nuestros pasos hacia Extremadura, entrando por la N-110 al Valle del Jerte
EDITO: Olvidé esta panorámica del Valle:
Primer susto del viaje... los cerezos NO tienen flores
A la espera de que florezcan, al día siguiente volvimos a subirnos al hierro para visitar en primer lugar Plasencia, ciudad cargada de bonitos monumentos, entre los que se encuentra el acueducto:
Continuamos ruta hacia el Parque Nacional de Monfragüe. Una vez allí, tomamos esta foto ante el río Tajo. Como curiosidad, Tajo y Tiétar se juntan al fondo de la foto, y justo delante de este mirador se decidió en el año 1450 construir el llamado Puente del Cardenal por orden del Obispo de Plasencia D.Juan de Carvajal, que en determinadas épocas del año (como ésta), queda sumergido bajo las aguas. Antes de su construcción el paso del río se realizaba utilizando numerosas barcazas que existían en sus orillas.
Merecido descanso a la sombra para nuestra querida amiga. Le ofrecimos algo de comer pero no quiso
Continuamos ruta llegando al llamado Salto del Gitano, lugar de obligada parada para contemplar aves, sobre todo el buitre leonado, pero también aves en peligro de extinción, como la cigüeña negra. En este lugar un cartel nos informa de que actualmente hay unas 80 parejas de buitres leonados, 3 parejas de cigüeñas negras, 1 pareja de halcones peregrinos, otra pareja de alimoches, 1 pareja de águilas reales y otra pareja de buhos reales.
Pero sólo vimos buitres, que nos deleitaron con su lento y circular vuelo...
Continuamos monte arriba, llegando al Castillo de Monfragüe. De www.castillosnet.org he sacado la siguiente información:
La comarca de Monfragüe fue habitada desde la prehistoria, gracias al río Tajo y a los valles del Ambroz y del Jerte, por la situación de las sierras, por la cantidad de frutos silvestres, la caza y pesca. Existen pinturas rupestres en los abrigos del roquedo y enterramientos decorados. A partir del siglo VI a.C. las tribus celtas de los vetones ocuparon estas tierras y construyeron sus castros desde donde más tarde pusieron resistencia a los romanos. Estos le pusieron el nombre de Monsfragorum que significa monte fragoso. Vestigios suyos son algunos puentes, tumbas y, posiblemente, la base de piedra de la calzada
Los árabes conquistaron estas tierras en el año 713, y las llamaron Al-Mofrag que significa el abismo. Los árabes construyeron el castillo en el año 811. Entre los años 1169 y 1180 se produce la reconquista cristiana del castillo por el portugués Giraldo Simpavor, y la reconquista definitiva por Alfonso VIII.
El castillo fue construido en el siglo XII (entre 1180 y 1184), y reformado en el siglo XV.
En el castillo se conservan restos de la muralla y una barbacana, un aljibe árabe y dos torres de la etapa cristiana. La torre mejor conservada (reconstruida y accesible) tiene forma pentagonal y se erigió en el siglo XV. La otra torre, muy deteriorada, es de forma cilíndrica.
Casi adosada a una de las torres del castillo se encuentra una ermita, de construcción más moderna, que cobija a la Virgen de Monfragüe, talla bizantina traída en el siglo XII desde las puertas de Jerusalén, en Palestina, por los caballeros cruzados de la Orden de Monte Gaudio, fundadores de la Orden de Monsfrag.
Desde la torre a la que se puede subir la vista es impresionante mires hacia donde mires...
El tercer día de ruta nos hace llegar a Mérida. Nos dirigimos a la oficina de turismo aparcando en un simpático aparcamiento para motos. La ciudad está llena de motos y quizá esta la forma de que no estén amontonadas unas encima de otras
Bonita panorámica del Teatro Romano:
Me sé de uno que no estaría tan sonriente si hubiera leones sueltos por ahi...
Y aquí tenéis el anfiteatro, donde se representan obras de la época en los meses estivales, aunque os puedo asegurar que el calor de abril en Mérida ya se puede considerar verano para los del Norte.
Al lado del Teatro y Anfiteatro está la Casa del Anfiteatro. en www.extremaduraclasica.com se puede encontrar lo siguiente:
Este recinto, conocido genéricamente como Casa del Anfiteatro incluye un tramo de la muralla, otro de la conducción del acueducto de San Lázaro, una torre de decantación de agua del mismo, restos de dos viviendas y un mausoleo. Las casas datadas a finales del s. I d. C. conservan restos de sus patios, pasillos y habitaciones, algunas pavimentadas con mosaicos -Vendimia, peces-. Perviven hasta el siglo III. Tras su abandono, a comienzos del siglo IV, sobre ellas se ubicó una necrópolis.
Acto seguido nos dirigimos al Circo Romano. Me sentí como Charlton Heston en Ben-Hur... pero sin caballos
Un paseo por Mérida nos lleva hasta una simpática plaza con una estatua de Rómulo, Remo y la loba Luperca
Puente Romano de Mérida
Los dos días siguientes transcurrieron de forma más tranquila, con un poco de turismo a pie ya que por fin el cerezo estaba en flor en el Valle del Jerte, y éste no deja de ser el principal motivo de la excursión a Extremadura
De cada flor saldrá una rica cereza
El Valle del Jerte "nevado", aunque este año la floración no ha sido muy blanca, ya que el largo invierno ha hecho que haya llegado la floración casi a la vez que la salida de las hojas en los cerezos; pero así todo el panorama es de foto...
Había que detenerse...
Al día siguiente subimos la ladera Este del Valle para asomarnos a la Vera
Y pasamos por delante de la Cascada el Caozo
Pero como todo acaba en esta vida, al día siguiente tocó emprender el viaje de vuelta, y cómo no, tuvo que llover...
Lo hizo durante 100 kms aproximadamente, pero un exceso de confianza provocado por las altas temperaturas de los días anteriores hizo que dejásemos la ropa de abrigo en las maletas, por lo que el traje de agua llegó puesto hasta el Hostal Oviedo, a 25 kms de Benavente en medio de la nada y en la misma N-630, lugar de más que recomendada parada para comer algo bueno y rico.
Y llegamos a León, cansados físicamente pero repuestos mentalmente.
Fueron 7 días de magnífica ruta. Rodamos unos 1500 kms a ritmo suave y seguro, para poder disfrutar del entorno. Quedó mucho por ver, pero Extremadura (y la familia) seguirá estando ahí durante mucho tiempo, por lo que tarde o temprano volveremos a recorrer sus carreteras... Espero no haberos aburrido demasiado
Comenzamos la ruta en León y la primera parada se produjo en Salamanca para comer. En la foto se puede apreciar el simpático y "perfecto" reparto de cargas en la moto... o si no fijaos en el suelo bajo las ruedas
Siguiente parada: Alba de Tormes. Aquí tenéis la Torre del Homenaje, perteneciente al Castillo-Palacio de los Duques de Alba (Siglos XV-XVIII)
Encaminamos nuestros pasos hacia Extremadura, entrando por la N-110 al Valle del Jerte
EDITO: Olvidé esta panorámica del Valle:
Primer susto del viaje... los cerezos NO tienen flores
A la espera de que florezcan, al día siguiente volvimos a subirnos al hierro para visitar en primer lugar Plasencia, ciudad cargada de bonitos monumentos, entre los que se encuentra el acueducto:
Continuamos ruta hacia el Parque Nacional de Monfragüe. Una vez allí, tomamos esta foto ante el río Tajo. Como curiosidad, Tajo y Tiétar se juntan al fondo de la foto, y justo delante de este mirador se decidió en el año 1450 construir el llamado Puente del Cardenal por orden del Obispo de Plasencia D.Juan de Carvajal, que en determinadas épocas del año (como ésta), queda sumergido bajo las aguas. Antes de su construcción el paso del río se realizaba utilizando numerosas barcazas que existían en sus orillas.
Merecido descanso a la sombra para nuestra querida amiga. Le ofrecimos algo de comer pero no quiso
Continuamos ruta llegando al llamado Salto del Gitano, lugar de obligada parada para contemplar aves, sobre todo el buitre leonado, pero también aves en peligro de extinción, como la cigüeña negra. En este lugar un cartel nos informa de que actualmente hay unas 80 parejas de buitres leonados, 3 parejas de cigüeñas negras, 1 pareja de halcones peregrinos, otra pareja de alimoches, 1 pareja de águilas reales y otra pareja de buhos reales.
Pero sólo vimos buitres, que nos deleitaron con su lento y circular vuelo...
Continuamos monte arriba, llegando al Castillo de Monfragüe. De www.castillosnet.org he sacado la siguiente información:
La comarca de Monfragüe fue habitada desde la prehistoria, gracias al río Tajo y a los valles del Ambroz y del Jerte, por la situación de las sierras, por la cantidad de frutos silvestres, la caza y pesca. Existen pinturas rupestres en los abrigos del roquedo y enterramientos decorados. A partir del siglo VI a.C. las tribus celtas de los vetones ocuparon estas tierras y construyeron sus castros desde donde más tarde pusieron resistencia a los romanos. Estos le pusieron el nombre de Monsfragorum que significa monte fragoso. Vestigios suyos son algunos puentes, tumbas y, posiblemente, la base de piedra de la calzada
Los árabes conquistaron estas tierras en el año 713, y las llamaron Al-Mofrag que significa el abismo. Los árabes construyeron el castillo en el año 811. Entre los años 1169 y 1180 se produce la reconquista cristiana del castillo por el portugués Giraldo Simpavor, y la reconquista definitiva por Alfonso VIII.
El castillo fue construido en el siglo XII (entre 1180 y 1184), y reformado en el siglo XV.
En el castillo se conservan restos de la muralla y una barbacana, un aljibe árabe y dos torres de la etapa cristiana. La torre mejor conservada (reconstruida y accesible) tiene forma pentagonal y se erigió en el siglo XV. La otra torre, muy deteriorada, es de forma cilíndrica.
Casi adosada a una de las torres del castillo se encuentra una ermita, de construcción más moderna, que cobija a la Virgen de Monfragüe, talla bizantina traída en el siglo XII desde las puertas de Jerusalén, en Palestina, por los caballeros cruzados de la Orden de Monte Gaudio, fundadores de la Orden de Monsfrag.
Desde la torre a la que se puede subir la vista es impresionante mires hacia donde mires...
El tercer día de ruta nos hace llegar a Mérida. Nos dirigimos a la oficina de turismo aparcando en un simpático aparcamiento para motos. La ciudad está llena de motos y quizá esta la forma de que no estén amontonadas unas encima de otras
Bonita panorámica del Teatro Romano:
Me sé de uno que no estaría tan sonriente si hubiera leones sueltos por ahi...
Y aquí tenéis el anfiteatro, donde se representan obras de la época en los meses estivales, aunque os puedo asegurar que el calor de abril en Mérida ya se puede considerar verano para los del Norte.
Al lado del Teatro y Anfiteatro está la Casa del Anfiteatro. en www.extremaduraclasica.com se puede encontrar lo siguiente:
Este recinto, conocido genéricamente como Casa del Anfiteatro incluye un tramo de la muralla, otro de la conducción del acueducto de San Lázaro, una torre de decantación de agua del mismo, restos de dos viviendas y un mausoleo. Las casas datadas a finales del s. I d. C. conservan restos de sus patios, pasillos y habitaciones, algunas pavimentadas con mosaicos -Vendimia, peces-. Perviven hasta el siglo III. Tras su abandono, a comienzos del siglo IV, sobre ellas se ubicó una necrópolis.
Acto seguido nos dirigimos al Circo Romano. Me sentí como Charlton Heston en Ben-Hur... pero sin caballos
Un paseo por Mérida nos lleva hasta una simpática plaza con una estatua de Rómulo, Remo y la loba Luperca
Puente Romano de Mérida
Los dos días siguientes transcurrieron de forma más tranquila, con un poco de turismo a pie ya que por fin el cerezo estaba en flor en el Valle del Jerte, y éste no deja de ser el principal motivo de la excursión a Extremadura
De cada flor saldrá una rica cereza
El Valle del Jerte "nevado", aunque este año la floración no ha sido muy blanca, ya que el largo invierno ha hecho que haya llegado la floración casi a la vez que la salida de las hojas en los cerezos; pero así todo el panorama es de foto...
Había que detenerse...
Al día siguiente subimos la ladera Este del Valle para asomarnos a la Vera
Y pasamos por delante de la Cascada el Caozo
Pero como todo acaba en esta vida, al día siguiente tocó emprender el viaje de vuelta, y cómo no, tuvo que llover...
Lo hizo durante 100 kms aproximadamente, pero un exceso de confianza provocado por las altas temperaturas de los días anteriores hizo que dejásemos la ropa de abrigo en las maletas, por lo que el traje de agua llegó puesto hasta el Hostal Oviedo, a 25 kms de Benavente en medio de la nada y en la misma N-630, lugar de más que recomendada parada para comer algo bueno y rico.
Y llegamos a León, cansados físicamente pero repuestos mentalmente.
Fueron 7 días de magnífica ruta. Rodamos unos 1500 kms a ritmo suave y seguro, para poder disfrutar del entorno. Quedó mucho por ver, pero Extremadura (y la familia) seguirá estando ahí durante mucho tiempo, por lo que tarde o temprano volveremos a recorrer sus carreteras... Espero no haberos aburrido demasiado
Última edición por astureon el Sáb Abr 17, 2010 11:08 am, editado 1 vez